Supervisión de la Producción: Monitorear las operaciones diarias para garantizar que se cumplan los planes de producción en términos de tiempo, calidad y cantidad. Gestión de Recursos: Asegurar que todos los recursos (humanos, materiales y técnicos) estén disponibles y funcionando adecuadamente para cumplir con los objetivos de producción. Coordinación de Equipos: Gestionar el personal de producción, asignando tareas y asegurando una distribución adecuada de las mismas. Resolución de Problemas: Actuar ante incidencias en la línea de producción para evitar retrasos y garantizar un flujo de trabajo eficiente. Control de Calidad: Supervisar que los productos cumplan con los estándares establecidos, implementando mejoras en los procesos cuando sea necesario. Comunicación Interna: Reportar avances, problemas y necesidades al gerente de producción o al director de planta, facilitando la comunicación entre diferentes departamentos. Planificación y Ejecución: Diseñar y ajustar el cronograma de producción, asegurando que se cumplan los plazos establecidos sin comprometer la calidad del producto o servicio.